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El proyecto
Para conocer la larga gestación de Malditos Bastardos, lo mejor es recurrir a las anécdotas que cuentan los amigos y compañeros del director y guionista Quentin Tarantino. Esta película épica acerca de "unos hombres en una misión" encuentra su título en la película Quel Maledetto Treno Blindato (Aquel Maldito Tren Blindado), dirigida por Enzo Castellari en 1978, y que en inglés se llamó Inglorious Bastards. Enzo Castellari, que aparece brevemente en la película actual, dice: "Es completamente diferente, esto es totalmente de Quentin, no es un remake ni nada parecido. Simplemente es algo que inspiré". El productor Lawrence Bender recuerda la primera vez que Quentin Tarantino le leyó pasajes del guión de Malditos Bastardos: "Hará al menos diez años, en mi despacho. Me leyó unas escenas que me dejaron asombrado, y pensé: "Hay que hacer esta película".
Pero Lawrence Bender tuvo que armarse de paciencia. El guión sufrió numerosos cambios en los diez años siguientes. Pasaban los años y el título seguía siendo el mismo, pero la trama cambiaba. El realizador jugó con la idea de convertir el proyecto en una miniserie e incluso pensó en transformarlo en una novela. Pero el guión reaparecía de forma recurrente. Eli Roth, que interpreta al "bastardo" Donny Donowitz, recuerda: "Mi primer contacto con Malditos Bastardos fue en diciembre de 2004. Quentin me leyó e interpretó el monólogo de Hitler. Fue la primera vez que presencié lo que ahora llamo ‘el teatro de Quentin Tarantino’, cuando aprovecha para leer un guión suyo e interpretar a cada uno de los personajes". El actor sigue diciendo: "Recuerdo decirle que el monólogo me parecía genial. Durante los años siguientes me llamaba de vez en cuando para decirme: ‘Oye, ya tengo otra escena para Malditos Bastardos’. Luego lo apartó para rodar Death Proof, pero hace cosa de año y medio me dijo: ‘Esta vez sí quiero terminar Malditos Bastardos’".
En la primavera de 2008, Quentin Tarantino le dijo al productor Lawrence Bender que se estaba centrando en el guión de Malditos Bastardos. La productora asociada Pilar Savone, que colabora con el realizador desde que fue su segunda ayudante de dirección en Jackie Brown, recuerda el momento en que tuvo el guión en las manos: "Lo solemos llamar ‘el día del lanzamiento’. Cuando termina un guión, nos lo da para que hagamos copias y lo distribuyamos. Llamó a sus amigos para avisarles de que lo había terminado. La lista de personas a las que quería dárselo era larga.
"Me llamó el 3 de julio, y Pilar me mandó el guión", recuerda Lawrence Bender. "Cancelé mi agenda ese día y me quedé en casa para leerlo. Al terminar, estaba a punto de llamarle, pero volví a leerlo. Estaba entusiasmado". Quentin Tarantino recuerda: "Hablé con Lawrence y le dije: "Necesitamos un día entero". Nos reunimos el domingo. Lo hablamos y decidimos que la producción empezaría el mismo lunes". El director explica: "Cada capítulo de la película tiene algo distinto; la ambientación, las sensaciones, los tonos cambian. El principio es parecido a un espagueti western con iconografía de la II Guerra Mundial".
El maquillador de efectos especiales Greg Nicotero, que colabora con Quentin Tarantino desde Reservoir Dogs, fue otro de los primeros en leer el guión. Se quedó sorprendido por el contenido de las 164 páginas: "Esperaba tremendas y gigantescas batallas, horribles matanzas, cuerpos despedazados, pero no había nada de eso. Al principio no entendía adónde quería ir a parar, pero me quedé asombrado por la cantidad de detalles, por la realidad que desprendían las páginas".
Lo sorprendente del guión, en opinión de muchos lectores, es la perfección con que personajes reales se mezclan con personajes ficticios en una realidad alternativa. "Todo se resume en el primera línea del guión: ‘Érase una vez en la Francia ocupada por los nazis’. Es un cuento de hadas, pero al estilo de Quentin", explica Greg Nicotero. "Es una fábula, y guía al lector por un viaje realmente único desde el primer momento".
Un entusiasmado Lawrence Bender quedó con Quentin Tarantino el sábado 6 de julio de 2008 para hablar del proyecto y de sus dificultades. El productor recuerda: "Hablamos del guión y luego de dónde podría rodarse. Mencionamos varios lugares en el mundo, pero nos centramos sobre todo en Alemania, concretamente en Berlín". Quentin Tarantino dijo que la película debía estar terminada para el Festival de Cannes de 2009, una hazaña casi imposible. Bender recuerda que dijo: "Para eso, hay que empezar la preproducción mañana mismo. Tenemos que empezar a rodar dentro de dos semanas. Estaremos rodando antes de haber conseguido un acuerdo de financiación. Haremos el casting, buscaremos decorados y un montón de cosas más antes de tener financiación".
El productor ejecutivo Lloyd Phillips dice: "Las primeras cuatro semanas fueron una auténtica locura; todo ocurría demasiado rápido. Trabajé 24 horas diarias intentando superar las diferencias horarias, contratando el equipo, solucionando problemas de contabilidad. Ya teníamos fecha para el comienzo del rodaje, todo el mundo debía estar muy centrado. Sin el gran equipo que tuvimos, no habríamos podido empezar a tiempo". El director y los productores mandaron el guión a Brad Pitt y empezaron a reunir a los "Bastardos".
Cuando el realizador llegó a Alemania, el diseñador de producción David Wasco ya había buscado decorados y tenía cientos de fotografías preparadas para que las viera Tarantino. Había empezado la frenética preproducción. A las catorce semanas del "día del lanzamiento", las cámaras estaban preparadas para rodar.
El reparto
Un equipo de directores de casting trabajando en París, Berlín y Los Ángeles se ocupó de encontrar el reparto idóneo. Se decidió que la nacionalidad de los actores debía corresponder con la de los personajes. Brad Pitt fue el primer actor en unirse al reparto coral para encarnar al teniente Aldo Raine. Tarantino dice: "Brad y yo habíamos coincidido un par de veces y sabía que tenía ganas de trabajar conmigo, y yo con él. Pero yo no funciono así. El personaje es el que manda. Y así fue. Mientras escribía el guión, de pronto pensé: ‘Vaya, podría ser un buen papel para Brad’. Luego, hacia el final, empecé a ponerme nervioso. ¿Qué pasaría si no lo hacía él? Además, sabía que debíamos empezar la preproducción inmediatamente. Me daba pánico pensar que había muy pocas probabilidades de que la estrella masculina más solicitada del mundo no sólo quisiera hacerlo, sino que estuviera disponible. Pero, a veces, los dioses del cine son bondadosos".
Diane Kruger, que creció en Alemania y vive en París, cree que el reparto internacional es un cambio refrescante para el cine mundial. "Como europea, lo agradezco mucho. Me parece genial que Quentin tenga las agallas de hacer algo así. Realza la autenticidad. Cada idioma tiene su melodía; es divertido oírlo y ver cómo la gente no se entiende". Tarantino y la actriz se llevaron bien inmediatamente, aunque el papel de Bridget von Hammersmark fue uno de los últimos en decidirse.
Daniel Brühl estuvo entre los primeros actores escogidos. Tarantino reconoce que el personaje de Daniel Brühl se basa, a grandes rasgos, en Audie Murphy, el conocido veterano de la II Guerra Mundial. Y al igual que él, está a punto de convertirse en una estrella de cine. El actor se desplazó a París para hacer unas pruebas con cuatro actrices que optaban al papel de Shosanna. La química entre Brühl y la actriz Mélanie Laurent era palpable. La actriz ganó la Palma de Oro en Cannes 2008 al Mejor Corto, y en 2007, el César a la Mejor Joven Promesa. "Siempre concebí a Shosanna como un personaje principal", dice Quentin Tarantino. "Uno de los mayores cambios en el concepto de la película desde su nacimiento hasta ahora, de hecho, el mayor cambio, es que en la primera versión, Shosanna era como un personaje de película. Era una auténtica matona, pero ya lo había hecho en el papel de la novia en Kill Bill, por eso decidí convertirla en una mujer real".