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Por unos pocos dólares más |
"El comportamiento de la Jolly me produjo náuseas. Así que fui a ver a los dos productores. Les dije que la forma en que se habían desarrollado los acontecimientos de hecho me complacía [...], porque significaba que nunca iba a tener que que hacer más films con ellos. Iba a iniciar una demanda legal y no deseaba volver a verles. De ahí brotaron las semillas de mi venganza. Les dije: no sé si realmente deseo hacer otro Western. Pero voy a hacerlo. Sólo para conseguir que se sientan mal. Y se llamará Per qualche dollaro in più". Sergio Leone
Con estas frases dignas de el hombre sin nombre, Sergio Leone inició el proyecto de La muerte tenía un precio. Los productores Papi y Colombo habían querido apuntarse de inmediato al carro del éxito y trataron de convencer tanto a Leone como a Eastwood para que hicieran la secuela para la Jolly Film. El director se sentía dolido, porque entre los problemas de financiación una vez iniciado el rodaje y el litigio con Akira Kurosawa acerca de los derechos del argumento, no había recibido ningún dinero por su película. Únicamente le habían cedido los derechos de explotación en México, "el único país del mundo donde nunca dio dinero porque todos los mexicanos que aparecían en el film eran malos". Eastwood, por su parte, cuando fue abordado por los productores, respondió que "en Italia sólo trabajo con Leone". Su fidelidad estuvo bien recompensada; obtuvo en esta ocasión 50 mil dólares, un billete de avión en primera clase y un pequeño porcentaje de los beneficios, clara muestra de que su caché se había elevado notablemente desde los 15 mil que cobró por Por un puñado de Dólares.
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La Producción |
Leone encontró nuevos productores. El principal fue el abogado romano Alberto Grimaldi (Gangs of New York, Martin Scorsese, 2002) que por aquella época deseaba introducirse en el mundo del cine. Contó de nuevo con el dinero de la productora alemana Constantin Film y con la de Arturo González en Madrid. También jugó un papel importante en la producción Fulvio Morsella, cuñado de Leone y futuro productor de sus siguientes films. Con un actor, un director y un género en plena efervescencia, el presupuesto de La Muerte tenía un precio llegó hasta los 600 mil dólares, más del doble de lo que costó el primer film. Sin embargo, gran parte de dicha cantidad hubo de ser invertida en construir los decorados. Carlo Simi, por orden de Leone, hizo una reproducción libre de la ciudad mexicana de El Paso en el desierto de Tabernas (Almería).
La ciudad se construyó al completo, con el Saloon, el hotel, las cuadras, la oficina de telégrafos y lo más importante de todo, el banco que la banda de "Indio" pretende robar. El resto de exteriores (White Rocks, Agua Caliente) se rodaron en diversas localizaciones de la provincia de Almería, especialmente en la zona del cabo de Gata. La escena en Tucumcari se rodó en La Calahorra (Granada), en una vía de tren hoy abandonada, mientras que la mayoría de los interiores se rodaron en Cinecittá.
Dado lo precipitado de la producción, el guión se construyó en base a un tratamiento que Grimaldi compró para Leone. Había sido escrito por dos jóvenes guionistas que planeaban hacerse un nombre con el mismo, aunque la suma de dinero que les ofreció el productor les hizo cambiar de opinión y no figurar en los créditos. El guión final fue escrito en base a dicho tratamiento por Luciano Vincenzoni con la colaboración del propio Leone. Se habían conocido diez años atrás y en la época de La muerte tenía un precio Vincenzoni se había labrado una reputación en base a las "comedias a la italiana" y los péplums. Según comenta, su mayor mérito fue transferir el humor de Leone a sus films: "Yo no me tomaba las películas en serio. No porque intentara intelectualmente inyectar un aroma de comedia. Son los críticos quienes piensan así. [...] Me parecía ridículo que un italiano, o un veneciano como yo, escribiera un Western [...]. He escrito películas que ganaron premios en Cannes y en Venecia. Eran guiones con los que sufrí sobre el papel durante meses. ¿Saben cuanto tiempo me llevó escribir La muerte tenía un precio? Nueve días."