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Introducción |
En 1992, Clint Eastwood ganó el Óscar a la mejor película y al mejor director por el Western Sin Perdón (Unforgiven). Un modesto crédito final mostraba el agradecimiento de Eastwood hacia sus dos maestros confesos: "Dedicated to Sergio (Leone) and Don (Siegel)". Casi paralelamente, las películas de Sergio Leone comenzaron a obtener reconocimiento mundial. La imagen de Eastwood con su sombrero, el cigarro y el poncho es a día de hoy todo un arquetipo del Western. Rara es la persona que no asocia la música de Ennio Morricone para la trilogía del Dólar como "música del Oeste" o incluso la que ni siquiera ha visto estas películas alguna vez en televisión.
Sin embargo, esto no fue siempre así. Ni mucho menos. A mediados de los años sesenta, cuando su éxito se encontraba en su apogeo, el cine de Sergio Leone era considerado por los críticos excesivamente rupturista y transgresor. Mientras tanto, un nuevo género se consolidaba a sus espaldas: el Spaghetti-Western, llamado así por su procedencia italiana. Rodando en Almería, los italianos dieron trabajo a diez mil personas durante diez años, lo que ha llevado a más de uno a afirmar que en cierto sentido Leone, como padrino del género, fue un santo.
Este artículo sigue la trayectoria personal y profesional del cineasta romano desde sus inicios hasta su último film, Érase una vez en América, analizando en profundidad las películas que influyeron enormemente en cineastas tan dispares como Martin Scorsese, Steven Spielberg, John Carpenter, Robert Zemeckis, John Milius, John Woo, Sam Raimi, Stephen Sommers, Robert Rodriguez o Quentin Tarantino, además de cautivar a millones de espectadores de todo el mundo.