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VÍAS DE TREN
Al igual que en la gran mayoría de los Westerns clásicos, las vías ferroviarias juegan un papel fundamental en el cine de Sergio Leone. A pesar de que tanto en La Muerte tenía un Precio, El Bueno, el Feo y el Malo, Hasta que llegó su Hora y Mi Nombre es Ninguno aparecen multitud de ferrocarriles y escenas en torno a ellos, el director italiano no se complicó la vida en exceso a la hora de buscar localizaciones para rodarlas.
Como se ha visto, la Estación de La Calahorra era un punto de tránsito en la vía férrea Granada - Guadix - Almería. Pero hasta ella también llegaba un ramal de 12 kilómetros proveniente de las Minas de Alquife, en Sierra Nevada. Construido por la propia compañía explotadora de las Minas a finales del siglo XIX, el ramal no estaba abierto al tráfico público y únicamente se utilizaba para el transporte de hierro desde la mina. Lo convertía, por tanto, en el lugar perfecto para rodar, pues al igual que ocurría con la estación, se podía filmar en casi cualquier dirección y con la ventaja adicional de que no era necesario desviar tráfico ferroviario o interrumpir el rodaje a causa del mismo. Sin embargo, al cerrarse la explotación en 1973, el ramal fue abandonado.
Esta vía de tren - por la que llegaba el tren de Jill (Claudia Cardinale) a Flagstone en Hasta que llegó su Hora- continúa hoy en día en la Estación de La Calahorra, aunque ahora permanece abandonada:
Esta vía férrea fue utilizada por Leone por vez primera en la escena inicial de La Muerte tenía un Precio, en la que el Coronel Mortimer (Lee Van Cleef) decide detener el tren en la estación de Tucumcari (Punto tres en el mapa anterior).
El tren de Mortimer llega por la vía procedente de la Estación de la Calahorra, con la Sierra de Baza, una vez más, al fondo.
El mismo lugar, hoy en día. La vía de tren ha desaparecido:
Al fondo se aprecia el Castillo de la Calahorra. En la película, también:
¿No resulta realmente curioso encontrar un castillo español del siglo XVI en un Western italiano?