Estrenos DVD y Blu-ray - Zonadvd.com
 >> Búsqueda por título, director, actor...
contacto
Cine y Blu-ray en www.mubis.es

Álex de la Iglesia. El correoso universo de 'La Bestia'

 

Dotado con una aptitud visual desbordante en la cinematografía española, Álex de la Iglesia es el único cineasta español capaz de convertir el espectáculo en puro arte.

Ante estos últimos años en los que el buen cine español está brillando por su ausencia, con títulos de una mediocridad insólita en la última ola de producciones nacionales, el cineasta vasco Álex de la Iglesia sigue aportando notables películas que se muestran como un auténtico privilegio. Gran precursor de la otrora floreciente nueva etapa de nuestro cine, la trayectoria de este indómito innovador de formas artísticas, dentro de una pequeña industria como la que nos representa, ha dado como consecuencia una de las filmografías más personales y dinámicas vistas a lo largo del cine contemporáneo español.

El cine de Alex de la Iglesia, abrumante y enérgico, perfilado bajo unos conceptos artísticos solemnes, se define por una cuidada estética que procede de las múltiples y novedosas influencias que construyen un universo propio, privativo de los grandes talentos cinematográficos, hilvanando la espectacularidad de sus potentes imágenes con una función estética que hace de su cine un flujo de emociones contrapuestas, creando un sentido del ritmo que escapa al propio discernimiento del espectador.

Tras su paso por el mundo del cómic y la televisión, su irrupción en el cine llegó gracias a Enrique Urbizu, con su revolucionaria película de cine negro Todo por la pasta, donde trabajó como director artístico, una faceta que repetiría en Mama, de Pablo Berger, en el que reinaba ya una rebeldía e imaginación oculta en nuestra tradición fílmica, deudora de los grandes maestros de la serie B americana e hispana y que supuso la antítesis de lo que sería el trasfondo de su opera prima, el cortometraje Mirindas Asesinas.

 

La dirección artística se ha convertido, además, en uno de los rasgos que caracterizan su cine: el meticuloso cuidado de ambientes, la superposición del entorno para que el contexto se dirija hacia la intencionalidad del argumento. Antes de dar el obligado salto al cortometraje, el futuro director acomete un nuevo trabajo como decorador en el corto de ciencia-ficción. Junto a su inseparable Jorge Guerricaechevarría (principal artífice de su corriente argumental coherente, cínica y eximia), rueda, en 1991 el citado cortometraje, cinta cumbre dentro de este formato que se ha consolidado, con el paso de los años, como una auténtica obra de culto. En aquélla, su personaje principal, Tubullar Killer, un menudo hombre desquiciado, representa, por primera vez, el tipo de papel que más se adapta a la filosofía violenta y apoteósica de De la Iglesia.

Desde Acción Mutante, su arriesgado debut en el largometraje, desigual por su incipiente intrascendencia, pero magnífica en los objetivos transgresivos que impusieron una nueva definición del cine español, el director adoptaría una conducta irreverente y gamberra en busca de la concesión de nuevas historias, tomando un glorificado impulso para la evolución sin límites de la creatividad de uno de los pocos visionarios que han existido en nuestro país.

 

El Día de la Bestia se convirtió en una de las películas más taquilleras de la historia del cine español, con una impactante historia que supuso para el realizador el origen del concepto fílmico y argumental que ha hecho de su perspectiva un auténtico preceptor de la espectacularidad convertida en arte, adoptando formatos inauditos y vinculando las raíces norteamericanas del cine a la más ibérica tradición de hacer películas en España. Su abrupto y sombrío sentido del humor hicieron de la voluntad transgresora de Álex la mejor baza para la excelente comercialidad del filme y sus posteriores obras. La ratificación de un director dispuesto a comenzar una revolución personal en contra del ostracismo y la genealogía más rancia de los cineastas acomodados en el cine fácil, costumbrista y posbélico al que nos tenían acostumbrados.

 

Con Perdita Durango, Álex acometió con dispar suerte el mercado internacional, partiendo de un itinerario infernal de Barry Gifford, lleno de una acerba idiosincrasia en el que los contrapuntos del límite que separa Estados Unidos y México dispensaron un contexto de violencia y locura, de credos mal entendidos y de desahogos de narcotráfico. Las escenas de acción, memorables, patentizaron la destreza del ilusionista visual y la solvencia de un Javier Bardem en estado de gracia y la fuerza explosiva de Rosie Pérez hicieron que Álex se consolidara, con mucho, como el realizador español más importante de su generación.

 




copyright © zonadvd networks s.l. on line desde 2004 - Todos los derechos reservados - v3.1 | Aviso legal
Las imágenes y productos aparecidos en zonadvd.com son marca registrada y/o copyright de sus respectivos propietarios
y su uso en este sitio web es única y exclusivamente con carácter informativo.