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El film comienza en la actualidad, con la protagonista a los 101 años de edad narrando su historia a unos buscadores de tesoros submarinos en el lugar del hundimiento, para después recrear durante la primera mitad los primeros días del viaje y dejar la colisión y la dramática noche del hundimiento en la segunda, haciendo uso en ésta de un descomunal despliegue de efectos visuales a base de maquetas e imágenes generadas por ordenador.
El director de fotografía escogido por Cameron fue Caleb Deschanel [ASC], pero tras el rodaje de las escenas contemporáneas y un desacuerdo con el director acerca del aspecto del barco en las escenas anteriores al hundimiento (Cameron quería glamour y Deschanel una luz más suave y tenue), el operador fue sustituido por Russell Carpenter [ASC], en su segunda colaboración con Cameron tras Mentiras Arriesgadas tres años atrás.
Con un magnífico diseño de producción de Peter Lamont, el grueso de Titanic fue rodado en Méjico, donde se construyó una réplica a una escala del noventa por ciento del barco original. Las escenas exteriores durante la primera parte (Kodak 5245, 50 ASA) poseen un magnífico y soleado aspecto, de una apariencia tremendamente rica, que retratan a la perfección el clima de optimismo de los pasajeros ante el crucero inaugural del buque. Las escenas interiores hacen uso de algo de difusión (filtros Pro-Mist) y abundante humo, con un esquema de iluminación basado en las fuentes de luz integradas en los decorados del propio barco, aunque potenciado (y mejorado) mediante luces adicionales para que los actores posean un aspecto prácticamente inmejorable. De esta manera, lo que Russell Carpenter consigue es justo el aspecto elegante, glamouroso y lujoso pretendido por Cameron para estas secuencias, aunque para ello los niveles lumínicos sean relativamente altos.
La segunda parte del film (rodada, como todo el material excepto los exteriores diurnos, en la Kodak 5279 de 500 ASA) continúa haciendo uso en la medida de lo posible de las luces presentes en pantalla por estar integradas en el decorado, pero deliberadamente se elimina casi todo el glamour y la elegancia al desaparecer la suavidad introducida mediante la difusión y el humo (además de permitir que las luces queden sobreexpuestas), de manera que las imágenes se vuelven más directas y menos recargadas y lujosas, contribuyendo con su mayor inmediatez a la sensación de urgencia de esta parte del film.
La utilización de fuentes de los propios decorados posibilita a Cameron –sobre todo en esta segunda parte- el poder realizar largos planos de Steadycam o utilizar enormes grúas, dotando así al film de un aire épico que consigue transmitir la sensación de pérdida y de tragedia en los instantes finales del buque. Sin embargo, una vez la luz de los generadores desaparece, la fotografía resulta menos interesante, con secuencias rodadas en el tanque del estudio e iluminadas cenitalmente, con tonos exclusivamente azulados para representar la noche justificados en la luz de la luna, que como el habitual "azul James Cameron" resulta demasiado monótono y plano.
Sin embargo, se trata de un conjunto muy poderoso y de un aspecto visual rico y elaborado, que además de estar muy bien integrado con las maquetas y los planos digitales, muestra en pantalla a dónde fue a parar el dinero (200 millones de dólares) que el director empleó durante el rodaje. Algunos de los planos submarinos que abren el film fueron rodados en la verdadera tumba marina del buque con dirección de fotografía del propio Cameron y fueron rodados en el formato Techniscope –que utiliza la mitad de negativo de lo normal- para poder obtener el doble de material en 35 mm en cada inmersión.
Ganadora del premio de la American Society of Cinematographers y del Oscar® a la mejor fotografía. Formato cinematográfico: Super 35.
por Nacho Aguilar, © zonadvd, 2005