Tercera película de
Sam Mendes y primera de ellas no
fotografiada por el tristemente desaparecido Conrad L. Hall, ganador del Óscar
tanto por
American Beauty como por
Camino a la Perdición. Era muy interesante ver por quién
apostaría el director para la dificil tarea de sustituir a Hall y la elección
final no es para nada sorprendente. Cinco veces nominado al Óscar a sus 55 años
y en la plenitud de su carrera,
Roger Deakins [BSC, ASC] puede
presumir de ser el operador habitual de los Coen y de haber colaborado con
cineastas de la talla de Scorsese ("Kundun"), Darabont ("Cadena Perpetua"),
Shyamalan ("El Bosque"), Tim Robbins ("Dead Man Walking"), John Sayles ("Passion
Fish") u otros cineastas como Ron Howard, Edward Zwick, Norman Jewison, Mike
Figgis, David Mamet, Roger Donaldson, Robert Benton, Bob Rafelson o Michael
Radford.
Centrada en la primera guerra del golfo,
Jarhead narra las vivencias de un grupo de soldados aislados de
sus familias y sus parejas en el desierto saudí. Con el objetivo de lograr
imágenes que produzcan un efecto lo más inmersivo posible en el espectador, toda
la película está rodada con cámara al hombro y mucho movimiento, para favorecer
así un aspecto directo y lo más cercano posible que toma el típico grano
procedente de los documentales -el origen de Deakins- como una de las señas de
identidad del film, además de una paleta de color tremendamente desaturada y una
acentuadísima sobreexposición durante las escenas diurnas.
Para lograr
este sucio y desgarrado aspecto, Deakins hace uso de la emulsión Kodak
5218 (500 ASA) durante toda la película, además de un poco de
Bleach-by-pass –que desatura aún más el color y añade más grano- y una
finalización mediante un
Digital Intermediate a 4K de
resolución, pese a que la elección de los objetivos habituales en
Deakins –los Cooke S4- no contribuye a mejorar la nitidez general del conjunto.
Donde el trabajo del operador resulta más remarcable es en las escenas
interiores, que muestran su tradicional estilo naturalista con una exquisita
justificación de fuentes lumínicas, así como en las secuencias exteriores
nocturnas junto a los pozos petrolíferos, en las que consigue imágenes de una
gran calidad y belleza pese al rodaje en estudio. Sin embargo, la
sobreexposición y la desaturación ayudan muy poco en la mayoría de los
exteriores, ya que al estar rodados en localizaciones ya de por sí poco
atractivas terminan por resultar no sólo planas y anodinas, sino que dotan al
conjunto del film de un estilo visual demasiado marcado y forzado que más que
apoyar a la narración parece impuesto a la misma.
En consecuencia, el
trabajo de Deakins resulta netamente inferior a los de Hall y pese a que su
clase queda patente a lo largo de gran parte del metraje,
los momentos
de verdadera inspiración resultan más bien escasos y quedan reducidos a
breves chispazos en los que es evidente la influencia de
Lawrence de Arabia en el uso de teleobjetivos en el
desierto, mientras que el trabajo de Douglas Milsome [BSC] en
La Chaqueta Metálica –el referente global más obvio- queda
muy por encima de éste en todos los aspectos. Efectos visuales digitales de
Industrial Light & Magic.
por Nacho Aguilar , © zonadvd , 2006