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Continuación de Elizabeth, realizada bajo la dirección de Shekhar Kapur y con Remi Adefarasin [BSC] como director de fotografía, con lo que se repite por vez primera la colaboración que en 1998 otorgó al segundo los premios BAFTA, British Society of Cinematographers y Golden Frog del festival Cameraimage, así como una candidatura al Óscar. La nueva película se centra en la parte central del reinado de Isabel I de Inglaterra, en el que se enfrentó y derrotó a la Armada Invencible de Felipe II de España, después de la ejecución de María Estuardo y el conflicto religioso entre católicos y protestantes.
La principal novedad con respecto a Elizabeth radica en la sustitución del diseñador de producción John Myhre por Guy Dyas (Superman Returns, Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, debido a la incompatibilidad de fechas del primero. La primera película el estilo visual estuvo influenciado por la pintura de los maestros holandeses y Rembrandt en particular, pero en esta ocasión la inspiración parte de la obra del pintor J.M.W. Turner, lo cual se pone de manifiesto de forma muy clara en el tono crepuscular de las secuencias del enfrentamiento naval hacia el final de la película. Sin embargo, la práctica totalidad de la película (con la excepción de algunos planos de segunda unidad y breves escenas que muestran a la Reina con las tropas) transcurre en interiores, rodados tanto en localizaciones como en decorados creados en estudio. La iluminación de Adefarasin está basada en grandes unidades de iluminación convenientemente suavizadas, que el operador siempre sitúa muy alejadas de la acción para posibilitar tomas muy amplias captadas con objetivos gran angular. Y cuando es posible, sitúa sus luces en el exterior, de forma que penetran por las ventanas creando efectos sumamente bellos y pictóricos.
No obstante, lo más interesante de su trabajo es la casi constante mezcla de fuentes de luz con distinta temperatura de color: a menudo introduce intensos puntos de luz cálida en imágenes dominadas por tonalidades azuladas, creando contrastes muy interesantes y un aspecto visual muy rico. Las escenas interiores nocturnas siguen el mismo planteamiento pero a la inversa, ya que en este caso la dominante es la luz cálida proveniente de las velas (y de la luz adicional fuera de pantalla) y es complementada por tonos azul-verdoso para simular la luz de la luna. El contraste entre las zonas de luz y sombra no es extremo en ningún momento y Adefarasin siempre busca un buen aspecto de sus actores, lo que unido a un uso del color muy teatral pone en evidencia que en todo momento se ha optado por un estilo visual atractivo que renuncia en gran medida al naturalismo.
El aspecto menos destacable de la fotografía es el uso de una media en el objetivo para suavizar la textura de las imágenes, ya que al ser diferente el grado de difusión aplicado a cada escena, los halos que se crean en torno a las fuentes de luz (especialmente velas) y la nitidez de las imágenes no resultan consistentes a lo largo de la proyección. También, tratándose de una producción histórica, resulta sorprendente la tremenda movilidad y la rapidez de los movimientos de cámara, que a buen seguro dificultaron enormemente el trabajo del director de fotografía.
En conclusión, se trata de un trabajo sólido y con grandes momentos de brillantez, en el que únicamente se echa en falta una mayor presencia de escenas exteriores para completar un conjunto muy notable.
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por Nacho Aguilar , © zonadvd 2007