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Dirigida por Brian de Palma en 1983 en base a un guión de Oliver Stone, El precio del poder es el violento remake de Scarface, el Terror del Hampa (1932), la obra maestra de Howard Hawks interpretada por Paul Muni y George Raft. En la nueva versión Al Pacino interpreta a Tony Montana, un criminal cubano que llega al Miami de principios de los años 80 con el único fin de convertirse en un capo de la droga (que aquí sustituye al alcohol del original). Completan el reparto Steven Bauer, Robert Loggia, Mary Elizabeth Mastrantonio y una jovencísima Michelle Pfeiffer, en uno de sus primeros papeles. |
IMAGEN |
El precio del poder se presenta con una relación de aspecto de 2.33:1, incorporando mejora anamórfica 16/9 para televisores panorámicos. Pese a que es la segunda vez que Universal asegura haber restaurado la imagen de esta película, la verdad es que ésta sigue siendo muy irregular. El precio del poder supuso la única colaboración entre Brian de Palma y el ya fallecido director de fotografía John A. Alonzo, quien usó para todo el film la entonces recién aparecida emulsión Kodak 5293 de 250 ASA. Combinada con el revelado forzado, tiene como consecuencia la aparición de una capa de grano constante a lo largo de toda la cinta, agravándose esta circunstancia mucho más en las secuencias interiores o nocturnas, que son la mayoría. Su intensidad varía desde lo prácticamente imperceptible hasta niveles de grano exagerados, llegando a resultar su presencia molesta en algunos pasajes del film. El detalle en las sombras, a su vez, varía entre lo mediocre y lo malo, siendo realmente pobre en este apartado. Los colores en las escenas oscuras aparecen demasiado apagados y pastosos, lo que añadido a los defectos ya anteriormente reseñados produce una imagen demasiado plana y con poco contraste, de modo que resulta poco atractiva. Las escenas exteriores mejoran sensiblemente, con un mayor contraste y definición y colores mucho más vivos y saturados. El máster usado para la transferencia a DVD contiene, además del grano ya mencionado, algunas imperfecciones en forma de pequeñas manchas o incluso puntualmente finas rayas verticales que ocupan todo un fotograma, algo incomprensible en una edición de estas características. Finalmente, encontramos también un serie de artefactos de compresión que ponen de manifiesto el poco cuidado que ha tenido Universal con esta transferencia. No hay el habitual realce de contornos, pero sí notamos aliasing en niveles sorprendentes en una nueva transferencia a DVD, además de pequeñas pixelaciones causadas por el ruido de imagen que provoca el grano. Aunque la tasa de bits ha aumentado respecto a las ediciones anteriores, al estar los extras en un DVD-5 aparte - en anteriores ediciones iba todo en un único disco - la mejora es poco perceptible. Sin duda se trata de una imagen mediocre y que no supone ninguna mejora significativa con respecto a la edición anterior editada en España. |
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SONIDO (VERSIÓN ORIGINAL) |
El precio del poder fue la última película en hacer uso del formato de sonido magnético en 35mm, que permitía un total de cuatro canales de sonido discreto (izquierdo, central, derecho y surround). La anterior edición española llevaba la versión original en Dolby Digital 4.0 y ahora Universal la presenta con dos pistas, una en DTS y la otra en Dolby Digital 5.1. Con el objeto de realizar este análisis, hemos escuchado la primera de ellas y realizado las oportunas comparaciones con la segunda. Si la imagen de El precio del poder no muestra ninguna mejora perceptible respecto a ediciones anteriores, lo mismo se puede decir del sonido. Al no haber ninguna separación estereofónica en los canales surround, ni uso del subwoofer para bajas frecuencias, podemos considerar que ambas pistas son en realidad un 4.0, tal y como se grabó el sonido en su día. El diálogo se mantiene en todo momento en el canal central. Los efectos de sonido se expanden levemente hacia los canales frontales, siendo la localización de efectos muy limitada puesto que en su mayoría también emanan del central. El único elemento que es realmente envolvente es la banda sonora y las canciones de Giorgio Moroder, que gozan de una espacialidad sonora muy superior, apareciendo incluso por los dos canales traseros. La calidad del audio es irregular. Los diálogos tienen un buen timbre y son comprensibles en todo momento, pero los efectos de sonido tienen una fidelidad algo mediocre para una película de alto presupuesto de 1983 y su rango dinámico es limitado. De nuevo, la banda sonora es lo mejor en este apartado, pues goza de una amplitud de frecuencia bastante más alta que el diálogo y los efectos. No se aprecian diferencias entre ambas pistas, a pesar de la diferencia en tasa de bits (768 kbps para la DTS frente a 384 para la Dolby Digital), lo cual no es de extrañar dadas las características y antigüedad del audio original. En definitiva se trata de un audio más que correcto para este film, basado más en el diálogo y en su atmosférica banda sonora que en los efectos de sonido. De todas maneras, hemos escuchado mejores pistas en otras películas de su misma época. |
Datos técnicos |