Los Tres Padrinos

John Ford dirigió en 1948 este entrañable western en Technicolor, interpretado por su actor fetiche, John Wayne. La historia ya se había llevado al cine numerosas veces, una de las cuales por parte del propio Ford en una película muda de 1926. Completan el reparto Pedro Armendáriz, Harry Carey Jr. -cuyo padre (amigo personal de John Ford) ya protagonizó una de las versiones anteriores del film-, Ward Bond y Mae Marsh. Coproducido por el propio Ford junto a Merian C. Cooper, cuenta con una excelente fotografía de Winton C. Hoch y un guión de Frank S. Nugent, otro habitual miembro del equipo estable del director de origen irlandés.

 

Aunque es una película menor si se compara con las abundantes obras maestras que nos legó el maestro, este título tiene todos los ingredientes del buen cine fordiano y es todo un clásico navideño.

La excelente fotografía en Technicolor es obra de Winton C. Hoch, ganador de cuatro Oscar, dos de ellos en películas de John Ford.

 

La imagen se presenta con un ratio de imagen de 1.33:1 respetando el formato original cinematográfico y, lógicamente, en 4:3 sin mejora anamórfica. El máster utilizado es bueno aunque tiene algunos defectos en forma de rayas o puntos repartidos a lo largo de todo el metraje que no molestan en demasía, pero que son evidentes. La definición es buena y también rayan a gran altura el contraste y el detalle en sombras. Mención especial merece el espléndido colorido que restituye el Technicolor original, aunque tiene el inconveniente de algunas variaciones de tono en diversas escenas, en ocasiones hasta en un mismo plano, que llegan a molestar y están en el límite de lo tolerable.

 

El bitrate de imagen es de 4.78Mbps. Se aprecia realce de contornos como en la mayoría de películas en las que aparece el desierto de por medio, pero de forma razonable. Por lo demás, no hay otros defectos relevantes en la imagen.

 

En definitiva, una buena imagen en brillante Technicolor que, en general, no decepciona, pero que podría haber sido mucho mejor de haber corregido las variaciones en el color.

La pista de audio original viene en Dolby Digital 1.0 a 192Kbps. Nos encontramos ante una buena pista monofónica con algo de ruido de fondo que no molesta apenas y sin clics, chasquidos ni distorsiones relevantes. Los diálogos son claros y la música de Richard Hageman, dentro de las limitaciones del sonido en mono, tiene buena calidad al igual que los efectos sonoros.

 

En suma, un sonido original de calidad que escuchamos tal y como se concibió originalmente.

 

 

Estamos ante una buena edición de un clásico menor pero estimable. Los fans del director de origen irlandés y del western en general quedarán satisfechos con el tratamiento que se le ha dado a la imagen -mejorable pero buena- y al sonido en este DVD.

 

Ojalá todas las películas de John Ford recibieran por lo menos el mismo trato. Para nuestra desgracia, de su amplísima filmografía aún quedan inéditos bastantes títulos, mientras que algunos de sus films más destacados están editadas en pésimas condiciones.