Pozos de Ambición

A finales del siglo XIX en la frontera de California se descubrieron yacimientos petrolíferos y tuvo lugar un boom del petróleo que llevo a muchos hombres como Daniel Plainview a intentar hacer fortuna excavando la tierra en busca del preciado oro negro. Tras unos inicios muy duros, Plainview junto con su hijo empieza a conseguir hacerse un nombre entre los empresarios independientes. Un buen día le llega un soplo sobre un sitio al oeste llamado Little Boston donde un mar de petróleo rezuma hacia el exterior. Hacia allí se dirige con su hijo H.W. para probar suerte.

Esta historia épica sobre la familia, la fe, el poder y el petróleo fue escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson. Destacada por crítica y público como uno de los títulos más importantes del año obtuvo ocho nominaciones en los Oscar consiguiendo los premios al mejor actor principal (Daniel Day Lewis) y mejor fotografía.

En Agosto de 2008 se pone a la venta el DVD de Pozos de Ambición y al mismo tiempo también se edita en España la versión en formato Blu-ray de alta definición.

Robert Elswitt, director de fotografía de todos los largometrajes de Anderson hasta la fecha, repitió por quinta vez con el director y consiguió un magnífico trabajo que fue premiado con el Oscar. Empleó el formato Panavision y rodó en amplios escenarios naturales en California y Texas.

El film ha sufrido una reducción intencionada de la paleta de colores para intentar lograr un aspecto realista a partir de las fotos y películas de la época. Los interiores son en su mayor parte muy oscuros y casi tenebrosos. Los exteriores sin embargo son muy luminosos, un poco quemados y con bajo contraste, siendo los cielos en paisajes semidesérticos casi blancos. Se ha llevado a cabo además un abundante uso del contraluz.

En el DVD la imagen tiene la misma relación de aspecto del original cinematográfico 2.39:1 con la imprescindible mejora anamórfica 16/9. La calidad visual es notable, permitiendo disfrutar del visionado aunque dista mucho de ser una imagen de referencia. En todo el metraje se aprecia grano cinematográfico, especialmente en las escenas más complejas.

La definición es buena valorada globalmente, aunque en los planos generales baja bastante posiblemente de forma intencionada. La paleta de colores reducida se reproduce espléndidamente tal y como fue concebida. Los negros son muy profundos con un detalle en sombra variable en función del tipo de escena, siendo extremadamente bajo en las escenas más tenebrosas de algunos pasajes.

Se aprecia realce de contornos en cantidad tolerable en las típicas escenas de siluetas de personajes frente al cielo, que al ser de un azul con poca saturación hace que no se note tanto. También se aprecia aliasing en varios planos, especialmente en las construcciones de torres petrolíferas.

Por lo demás, los 4.77 Mbps de compresión media para imagen son suficientes para evitar defectos de compresión destacables. La extensa duración de la película (02:31:58), puede hacer temer la aparición de problemas de compresión. Pero el hecho de no tener prácticamente extras y presentar unos menús espartanos sin animación, ha contribuido a evitar una compresión mayor que pudiera poner en peligro la calidad visual.

Como curiosidad hay que indicar que la división por capítulos corresponde a una división por rollos, como en las películas de la época.

El audio en inglés se presenta en Dolby Digital 5.1 con una compresión de 384 kbps. Se trata de una película profundamente visual, de hecho durante los primeros 15 minutos no hay diálogo alguno, con un uso del sonido más sobrio que espectacular limitándose a acompañar a la acción. Así se puede apreciar viendo la distribución sonora por canal en este gráfico.

Los diálogos son nítidos y claros, emanando del canal central excepto en algunas escenas con muchedumbres donde se pueden escuchar también por frontales y traseros.

La peculiar banda sonora del film es obra de Jonny Greenwood, guitarra de Radiohead. Es su segunda película como compositor cinematográfico al margen de su grupo. Su música, inquietante en unas ocasiones y sutil en otras, retrotrae a la época pero le da un toque diferente. Se escucha por todos los canales y acompaña perfectamente a la película con algunos momentos un tanto inquietantes como cuando Daniel y H.G. recorren los terrenos de los Sunday.

Los efectos sonoros (tren, coches, maquinaria de extracción, picos y palas, explosiones, fuego, el petróleo y el gas saliendo por el pozo, el mar...) se escuchan impecablemente por todos los altavoces con algunos momentos realmente contundentes, como cuando el petróleo empieza a brotar del pozo en Little Boston.

El subwoofer tiene un uso muy contenido interviniendo en la primera mitad de la película con el momento álgido ya citado del petróleo saliendo con violencia.

La pista doblada al castellano también se presenta en Dolby Digital 5.1 a 384 kbps. Se trata de un audio con las misma calidad y características sonoras que la pista en inglés como se puede ver en este gráfico con la distribución sonora por canal. La única diferencia destacable es que en la española en el canal central los diálogos tienen un volumen más bajo. Por lo demás, todo lo dicho en el apartado anterior es aplicable para el audio doblado a nuestro idioma.

Pese a ser uno de los lanzamientos más destacados del año sólo se incluye un único extra en esta edición.

Editado por Paramount en otros países como en Estados Unidos, en DVD dos versiones: una sin extra alguno y otra denominada Special Collector's Edition de dos discos en el primero de los cuales está sólo la película y en el segundo los extras. Se incluye la featurette 15 Minutos y además el siguiente material adicional:

• Documental The Story of Petroleum (25' 33'') realizado en 1923.
• Teaser tráiler (1' 25'').
• Tráiler cinematográfico (2' 13'').
• Escena eliminadas: Fishing (6' 15'') y Haircut/Interrupted Hymn (3' 15'').
• Dailies Gone Wild (2' 47'').

En el menú de capítulos de ha traducido erróneamente Rancho de domingo, cuando debería ser El rancho de los Sunday.

Empieza a ser una desagradable costumbre la edición de películas con apenas extras, no sólo en títulos de fondo de catálogo o que han pasado por las taquillas sin pena ni gloria, sino incluso de películas destacadas.

Esto no sucede con Magnolia, el film más destacado de Paul Thomas Anderson, con una edición en DVD espléndida y cuidada en todos los aspectos, mientras que en la que nos ocupa el material adicional brilla por su ausencia. Al menos la calidad audiovisual, sin llegar a ser de referencia, está a la altura mínima exigible para una superproducción actual.