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Adaptación de la novela de Ian Fleming, en la que el agente del MI6 británico continúa siguiendo los pasos del villano Blofeld, al que llega a través de un magnate de la construcción y de la hija de éste, con la que inicia una relación sentimental completamente inusual con respecto a los parámetros habituales de la serie. Pero es que en este film casi todo es poco convencional con respecto a ésta, empezando por un actor protagonista (George Lazenby) que encarnó al personaje de Fleming por primera y única vez y un director –el antiguo montador de la serie, Peter Hunt- que no volvió a repetir funciones en la serie. Tampoco lo hizo el operador al mando de la fotografía, Michael Reed [BSC], que tomaba el testigo de Freddie Young [BSC] en el anterior film.
Rodada principalmente en localizaciones en Suiza y Portugal, “007 Al Servicio Secreto de su Majestad” destaca especialmente por la pericia de sus escenas de acción, dos de las cuales (la inicial y la huida de la guarida de Blofeld), están rodadas –con resultados razonablemente aceptables- con la técnica de la noche americana así como por múltiples unidades (desde la primera, encabezada por Hunt y Reed, así como por la segunda dirigida por John Glen y fotografiada por Egil S. Woxholt o las unidades especiales de Willy Bogner –esquí- y el operador aéreo John Jordan). El metraje de la unidad principal mantiene las raíces ideadas para la serie por Ted Moore [BSC], con una realización clásica basada en tomas y encuadres amplios así como un estilo de iluminación típico de la fotografía en color de los años 60, con altos niveles, luces duras sobre los actores y abundante profundidad de campo.
Pero si Freddie Young ya logró un aspecto más interesante en las localizaciones japonesas de “Sólo se vive dos veces”, Reed sigue la misma línea y busca un contraste mucho mayor del habitual en Moore, manteniendo el atractivo de las imágenes en localizaciones reales pero dotando a los interiores de zonas de luz y sombra o dominantes cálidas o frías en función de si se trata de escenas románticas o de pura acción. Y en relación a las primeras, resulta muy destacable el uso de los teleobjetivos y una reducida profundidad de campo para embellecer las escenas entre George Lazenby y Diana Rigg, mientras que las segundas destacan por un mayor empleo de la cámara móvil o incluso de los zooms para añadirles tensión y dramatismo, por lo que en estos aspectos la fotografía de “007 Al Servicio Secreto de su Majestad” colocaba a la serie en la vanguardia de la imagen cinematográfica.
Por todo ello, el de Michael Reed es un trabajo muy adecuado y muy sólido, quizá no tan épico y a gran escala como el de Young en la entrega anterior, pero definitivamente más elegante y moderno que los habituales en Ted Moore. El operador de cámara fue el futuro director de fotografía Alec Mills [BSC].
Objetivos anamórficos Panavision.
Nacho Aguilar © zonadvd 2007