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Desde el punto de vista formal, Zodiac es una película atípica en la filmografía de David Fincher, ya que si bien hasta la fecha se había caracterizado por su habilidad y estilo visual –a los que siempre ha otorgado primacía por encima del contenido-, en esta ocasión mantiene un perfil bajo y se interesa más por lograr un punto de visto objetivo a la hora de narrar los hechos. Con una evidente y confesa inspiración en títulos de la época como “La Conversación” (Francis Coppola, 1974, fot: Bill Butler, ASC & Haskell Wexler, ASC), “Todos los Hombres del Presidente” (Alan J. Pakula, 1976, fot: Gordon Willis, ASC) o “Network” (Sydney Lumet, 1976, fot: Owen Roizman, ASC), Savides realiza una vez más uno de sus típicos trabajos con bajísimos niveles de iluminación e imágenes fuertemente subexpuestas, con dominio de los tonos verdosos, marrones y amarillentos para dotar a la película de una atmósfera de época.
Así pues, las escenas que se desarrollan en la redacción del periódico recuerdan inmediatamente a las de la película de Pakula con el aspecto típico de la luz fluorescente situada en el techo; el resto de los interiores están fotografiados mediante las fuentes de iluminación presentes en pantalla –complementados por una suave luz cenital- o la luz proveniente de las ventanas, mientras que en los exteriores nocturnos Savides utiliza luces más duras filtradas para imitar la luz de sodio de las farolas.
Para crear una imagen de la mayor semejanza posible a la de aquéllos títulos, “Zodiac” renuncia en gran medida a los movimientos de cámara, de forma que casi todas las conversaciones, diálogos y acciones son mostradas mediante planos estáticos y objetivos tendentes al gran angular, por lo que son muy frecuentes los instantes en que aparecen en pantalla y de forma simultánea tres, cuatro y hasta cinco actores.
Por todo ello, quizá lo más sorprendente del conjunto sea que la imitación y recreación de la época se haya realizado con la cámara digital Thomson Viper Filmstream (registrando directamente la imagen en discos duros y sin compresión) y todo el proceso se haya finalizado mediante un Digital Intermediate, aunque Savides asegure que en esta etapa del proceso las correcciones han sido mínimas. La Viper muestra un rango dinámico inclinado hacia las zonas de sombra y una nitidez algo escasa en los planos generales, aunque en contraposición presenta una imagen más limpia y menos granulada que la que posiblemente hubiera mostrado el celuloide con tan bajos niveles de luz.
En cualquier caso, el conjunto presenta un aspecto muy natural y acorde al tono de la narración, una representación de época convincente y unas imágenes que casi ningún espectador podría distinguir de las procedentes de una emulsión fotoquímica y el habitual formato Super 35, aunque sin duda lo más interesante son los riesgos que asume Savides –un moderno príncipe de las tinieblas- al trabajar con niveles de luz tan escasos y fuertes subexposiciones, permitiendo que gran parte de la película transcurra en la oscuridad. Fotografía adicional de Claudio Miranda.
Objetivos Zeiss DigiPrimes. 2K Digital Intermediate por Technicolor.
Nacho Aguilar © zonadvd 2007