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(push-developing): Cada emulsión cinematográfica tiene una sensibilidad a la luz para la cual el fabricante recomienda su uso, pues estima que es en ésta en la que obtiene su mayor calidad de imagen. Sin embargo, es posible que el director o el director de fotografía de la película utilicen la emulsión como si su sensibilidad fuera superior en situaciones en las que se vean obligados a rodar con poca luz o no la suficiente para sus propósitos. O bien, tratándose de películas antiguas, lo hacían porque no había emulsiones más sensibles a la luz.
De esta manera, por ejemplo, puede fijarse la sensibilidad de una emulsión de 100 ASA a 200 durante un rodaje, e iluminar la escena para la nueva sensibilidad fijada. Posteriormente, en el laboratorio durante el revelado, la copia se procesa ajustada a la nueva sensibilidad, llamándose el proceso Revelado Forzado.
La ventaja del revelado forzado, lógicamente, es posibilitar el rodar con menos luz. Los inconvenientes son, al aumentar la sensibilidad de una emulsión no optimizada para ello, un aumento considerable del nivel de grano, pérdida de saturación de color y de detalle en las sombras y un mayor contraste.
Las nuevas emulsiones aparecidas en los últimos 20 años, más sensibles a la luz, han limitado el uso del revelado forzado, aunque no lo han extinguido por completo.