Cotton Club

Cotton Club es una de las películas de las que más se habló en los años ochenta. Esta multimillonaria producción de Francis Ford Coppola está ambientada en la América de finales de "los locos años veinte".

Richard Gere interpreta a Dixie Dwyer, un trompetista en busca del éxito, cuya suerte cambia de forma espectacular cuando salva la vida del gángster Dutch Schultz (Bob Hoskins). Gregory Hines es Sandman Williams, un bailarín que sueña con convertirse en estrella y Diane Lane es Vera Cicero, la novia de Schultz, a cuya ambición y a cuya vida puede poner fin la pasión prohibida que siente por Dixie. Más allá de su argumento, Cotton Club representa un sonido, un sentimiento, una época y un lugar, en el que el dinero y el crimen son lo único que dan acceso a la cumbre.

Para la realización de este film, nominado a dos Oscar® de Hollywood de 1984, Coppola contó con un equipo de primerísima línea, con producción de Robert Evans, diseño de producción de Richard Sylbert, vestuario de Milena Canonero y fotografía de Stephen Goldblatt. Pero el coste total fue de 47 millones de dólares, de los que apenas se recuperó la mitad en taquilla, acentuando la crisis de los estudios Zoetrope, propiedad del director, después del sonado fracaso de Corazonada.

El DVD se presenta con una relación de aspecto de 1.84:1 e incorpora mejora anamórfica 16:9. Tratándose de un lanzamiento de fondo de catálogo en una edición sencilla, la imagen es sorprendentemente buena.

La copia utilizada para la transferencia a DVD se encuentra en un estado notable, mostrando únicamente de manera esporádica algunos defectos de celuloide en forma de pequeñísimas líneas verticales a lo largo de la imagen, además de una cantidad de grano superior a la del resto del metraje en algunos planos que hacen uso de efectos ópticos. La definición es correcta, aunque el estilo de bajo contraste de la iluminación perjudica tanto a la misma como a la densidad de negros, que ocasionalmente se ve reducida cuando aparece mucho humo en pantalla.

Los tonos de color originales -ligeramente apastelados- se encuentran bien reproducidos. No hay tampoco artefactos de compresión, excepto quizás algo de ruido de mosquito, a consecuencia del grano cinematográfico.

En definitiva, se trata de una buena transferencia que tiene como consecuencia una imagen notable y atractiva para una película de esta época.

El diálogo se ubica en el canal central durante toda la película, así como la mayoría de los efectos de sonido. Es por tanto la banda sonora -elemento esencial en esta película- la que hace uso de los canales frontales laterales y en menor medida de los surround, durante las escenas de números musicales, lográndose un buen efecto de audio envolvente con esporádicos sonidos discretos. El canal de bajas frecuencias, pese a las posibilidades que ofrecía el audio, permanece prácticamente inactivo durante todo el metraje.

La calidad del audio, a su vez, es buena para una producción de 1984. Aunque ligeramente inferior a la de la película ganadora del Oscar® al mejor sonido en aquel año (Amadeus), la grabación de la banda sonora es rica en detalles y se presenta con una notable definición, que le confiere una fidelidad más que apropiada. Sin embargo, como ya se ha mencionado, el rango dinámico aparece algo restringido en las bajas frecuencias, por lo que la pista en ocasiones resulta algo blanda en este aspecto.

Con todo, un buen audio que permite disfrutar sin problema alguno de la banda sonora de este drama musical.

Con todo, esta pista monoaural -que obviamente no puede ser comparada ni de lejos con la versión original- se encuentra en un estado razonable y puede servir para ver la película, aunque en ningún caso para disfrutarla a fondo.

La imagen es algo mejor de lo esperado y la ausencia de extras no sorprende, pues Cotton Club nunca ha sido una película de excesiva popularidad.